En carne viva: impactos psicológicos de la pérdida de la casa después de un desastre natural

Resumen

En Brasil, todos los años el gran volumen de lluvia provoca inundaciones, aluviones y deslizamientos de tierras que provocan desastres naturales en las ciudades. Además de las muertes, el país ve la cantidad de personas sin hogar que va en aumento cada año, causando mucho más que daños materiales. Cuando esas tragedias llevan a la pérdida de la vivienda, enormes perjuicios físicos, emocionales y mentales entran en escena. Desde la perspectiva de la psicología analítica, este artículo procuró reflexionar sobre los efectos psicológicos de la pérdida de la vivienda. Utilizando como base la investigación bibliográfica y documental, el trabajo recorrió aspectos históricos y culturales para revelar de qué forma la población más pobre se convirtió en la clase más afectada por el problema. Instalada en lugares vulnerables a los desastres y víctima de la falta de inversiones estructurales, esta población está constantemente expuesta a la amenaza de perder su hogar. La casa sostiene una parte considerable de una persona en el mundo, situando su vida tanto geográficamente como psicológicamente. Para diferentes autores, ese espacio físico proyecta la singularidad de las trayectorias personales y profesionales, presentándose también como un instrumento de individuación. El morador es capaz de reproducir en la casa la manera de hacer frente a sus contenidos internos, en una relación de continuidad. Se concluyó que ser testigo de la destrucción del hogar incita en el individuo una sensación de agonía por la propia existencia, trayendo a la superficie la inseguridad primaria del miedo, del rechazo y del abandono. Por eso, cuando una casa desmorona, puede arrastrar consigo las proyecciones del pasado, del presente y del futuro de una persona.